jueves, 26 de febrero de 2009

Richard...

Tan común y tan corriente, muchachos, tan jodidamente satisfecho y, sin embargo... ¿cómo decir?, tan enteramente en paz consigo mismo, tan conforme con la vida que casi me dio envidia...

La noche del oráculo
Paul Auster



miércoles, 25 de febrero de 2009

Las Llaves de Berlín...

Hoy quiero hablar de tantas cosas... Tengo la sensación de que millones de cosas maravillosas se cruzan en mi camino cada día y no puedo profundizar en ninguna... y mucho menos compartirlas todas...

Las llaves de Berlín... Una herramienta cívica superpotente, mucho más que cualquier orden o instrucción, y desde luego mucho más persuasiva... el individuo casi cree que actúa bien por iniciativa propia...

Como alguien me ha dicho hoy, la llave 'transforma los vicios privados en virtudes públicas' y actúa como cemento social, crea grupo.

Transformar los vicios privados en virtudes públicas... Suena genial... 

Sin embargo, no puedo evitar que me corra un escalofrío por la espalda al escucharlo...


martes, 24 de febrero de 2009

Reflexiones...


El filósofo Gustav escribía hace unos días en su blog acerca del amor...

It's all about someone who tears down your walls and makes you break all your rules, leaving you so defenseless that you're left no choice but to let them in...

¿Por qué tengo la sensación de que eso ya no es verdad, que las relaciones que se establecen ya no se basan en esos preceptos, sino en la conveniencia, la comodidad, el interés, la seguridad... 

Gustav, lamento recordarte que estamos solos y que seguiremos solos toda la vida... 


lunes, 23 de febrero de 2009

De pandereta...



Tantas cosas interesantes de las que hablar en un día como hoy y parece que el Óscar de Pe es lo único que le interesa al pueblo español... 

Yo prefiero recordar a Antonio Machado, de cuya muerte ayer hizo 70 años...

Si es bueno vivir, todavía es mejor soñar, y lo mejor de todo, despertar...


domingo, 22 de febrero de 2009

Saturada de Arte...



¿Cuánto tiempo pasa desde que algo nos gusta, nos apasiona, hasta que nos cansamos, hasta que sentimos que es demasiado, que ya no lo podemos disfrutar? O mejor... ¿qué ocurre para que ese proceso tenga lugar?

Leía el otro día en el blog de una gran pensadora que en su caso la acción no puede coincidir en el tiempo con la reflexión; puede ir antes o después, pero se van alternando; si no, se bloquea...

Creo que me pasa lo mismo...