Falto ya de paciencia y deseoso de comenzar a desmontar el motor, garabateé rápidamente este dibujo, se lo enseñé y le agregué:-Ésta es la caja. El cordero que quieres está dentro.
Quizá yo también debería hacer eso, meterme en una caja con un lacito y decirle a mi amado que el corderito que quiere está ahí dentro, esperándole...
Sin reproches, sin demandas, sin problemas...
Sin inconvenientes, fácil, pulcro...
*La ilustración como ya sabéis es de Saint Exupéry, de El Principito
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